Julia Borges estaba en la fiesta de 12 cumpleaños de su prima cuando recibió un tiro. La joven de 17 años estaba de pie en el balcón de una tercera planta cuando una bala perdida la alcanzó en la espalda y acabó en el músculo entre los pulmones y la aorta.

Eso ocurrió el 8 de noviembre. Por suerte, Borges fue trasladada al hospital y ya se ha recuperado. Pero otros muchos no son tan afortunados. A lo largo de este año, al menos 106 personas han muerto por las balas perdidas en Río de Janeiro (Brasil).

Entre las zonas más peligrosas se encuentran las estrechas calles de las favelas de la ciudad, donde actualmente vive más de un millón de personas. Ahí, las casas están apiladas unas sobre otras y los callejones que serpentean entre ellas tienen pequeñas plazas. Estas mismas calles resuenan regularmente con el ruido de los disparos: a diario se producen tiroteos entre la policía y narcotraficantes, grupos rivales de traficantes o incluso milicias respaldadas por la policía.

Articulo completo en el sítio de MIT Tech Review. Data de publicación: 01/12/2020.

*Publicado originalmente en el sítio de MIT Tech Review en inglés en 26/11/2020

*Originally published at MIT Tech Review’s website, in English, in 26/11/2020.

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